¿En qué casos no se puede poner un implante dental?

Los implantes dentales ofrecen numerosos beneficios, que incluyen:

• Mejor estética: Los implantes se asemejan a los dientes naturales y mejoran la apariencia de la sonrisa.

• Funcionalidad: Permiten masticar y hablar con comodidad, similar a los dientes naturales, mejorando la calidad de vida.

• Durabilidad: Con el cuidado adecuado, los implantes pueden durar muchos años, incluso de por vida, superando a las prótesis dentales.

• Conservación ósea: Ayudan a prevenir la pérdida ósea que puede ocurrir tras la extracción de dientes, al estimular el hueso mandibular.

• Estabilidad: Proporcionan una base sólida y estable para coronas, puentes o dentaduras, evitando deslizamientos o incomodidades.

• Facilidad de cuidado: Los implantes requieren cuidado dental similar al de los dientes naturales, lo que facilita la higiene bucal.

• Sin afectación a dientes adyacentes: A diferencia de los puentes, los implantes no requieren el tallado de los dientes vecinos para su colocación.

• Mayor confianza: Mejoran la autoestima y confianza en la apariencia dental, permitiendo sonreír sin preocupaciones.

• Prevención de problemas dentales: Ayudan a evitar problemas como la desalineación dental y la mordida incorrecta, que pueden surgir tras la pérdida de dientes.

Los implantes dentales son una solución efectiva y beneficiosa para quienes buscan reemplazar dientes perdidos. Sin embargo, es importante consultar a un dentista para evaluar si son la opción adecuada para cada caso.

Según el Dr. Juan Mendía, lo más importante es recuperar la función masticatoria, lo cual a menudo también implica restaurar la estética del paciente. Esto no solo beneficia la masticación, como hemos mencionado, sino que también mejora la autoconfianza del paciente, especialmente en casos de edentulismo o cuando se trata de piezas dentales con un alto valor estético.