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El fracaso de los implantes dentales puede ocurrir por causas biológicas o mecánicas. Entre las principales razones están: infecciones como la periimplantitis, falta de integración ósea, sobrecarga oclusal, mala calidad o cantidad de hueso, hábitos negativos como fumar y mala higiene, problemas de salud sistémicos, una técnica quirúrgica deficiente, rechazo del cuerpo o alergias al metal. Además, el cuidado insuficiente después de la colocación también puede provocar el fracaso. La prevención depende de una evaluación adecuada, una técnica correcta y un buen mantenimiento posterior.
Según el Dr. Juan Mendía, el fracaso en implantología, aunque indeseable, es una posibilidad que puede ocurrir. Este puede presentarse en dos etapas: en la fase inicial o con el paso del tiempo. En la primera etapa, el fracaso suele estar relacionado con un diagnóstico incorrecto, ya sea clínico o radiológico, o por no haber considerado adecuadamente las condiciones sistémicas del paciente, lo que puede afectar la integración del implante en los primeros meses.
Posteriormente, una vez que el implante ha cicatrizado y ha permanecido en la boca durante meses o años, el fracaso suele deberse a hábitos del paciente, como la mala higiene oral o el tabaquismo, además de estar influido por factores sistémicos.
El aflojamiento de los tornillos de los implantes dentales es común y puede deberse a varias causas: sobrecarga oclusal por mordida incorrecta o bruxismo, mala alineación del implante, torque inadecuado durante la instalación, mal ajuste o diseño de la prótesis, desgaste de los componentes, factores biomecánicos como la elasticidad de los materiales, y vibraciones o movimientos repetitivos al masticar. Es importante corregir el problema rápidamente para evitar complicaciones mayores.
Según el Dr. Mendía, el aflojamiento de los tornillos es una de las razones más comunes por las que los pacientes con implantes regresan a la clínica. A veces, después de un tiempo de uso, la corona comienza a moverse ligeramente, lo que suele ocurrir cuando el tornillo protésico que la une al implante se ha aflojado. Esto generalmente se debe a la masticación o a un ajuste inadecuado de la prótesis. Afortunadamente, la solución es sencilla: el paciente acude a la clínica, retiramos la corona, limpiamos, verificamos que todo esté en buen estado y volvemos a atornillar. El mismo día, el paciente recupera tanto la función como la estética de su pieza dental.
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